martes, 25 de octubre de 2011

BIENVENIDA-FINALIDAD DEL BLOG

BIENVENIDOS A MI BLOG
ME PROPONGO EN ESTE ESPACIO COMPARTIR MIS CONOCIMIENTOS SOBRE LA UTILIZACIÓN DEL PROGRAMA "ENCORE" PARA EL DESARROLLO DE ARREGLOS MUSICALES PARA BANDAS ESCOLARES,   BASADO EN MI EXPERIENCIA DE MAS DE 20 AÑOS DE ESTAR REALIZANDO ESTA ACTIVIDAD  PARA DIFERENTES BANDAS DE LA REPUBLICA DE PANAMÁ.
ESPERO SUS SUGERENCIAS Y APORTES PARA ENRIQUECER ESTE BLOG.

PROF. LUIS ZÚÑIGA

martes, 19 de julio de 2011

HISTORIA DE LA MUSICA EN PANAMÁ

Jaime Ingram Jaén
Apuntes para una historia de la música en Panamá
(1903-2003)


Introducción
Cuando Panamá se declara República independiente, separándose de Colombia, el 3 de noviembre de 1903, después de cuatro fallidos intentos separatistas en el transcurso del siglo XIX, es muy poco lo que trae consigo como desarrollo musical. La característica histórica de país de tránsito, tan beneficiosa para el intenso traslado internacional de ciudadanos de un océano al otro dentro del territorio nacional, no fue particularmente positiva en el sentido de lograr que músicos profesionales decidieran sentar cabeza en el territorio nacional, tal como sucedió en los países vecinos.
En el último cuarto del siglo XIX, cuando Panamá aún era parte de Colombia, nace Narciso Garay Díaz (1876-1953) la personalidad musical más completa que tuvo la nueva República en la primera mitad del siglo XX. Compositor, violinista, cantante, polígrafo, investigador, ensayista y abogado además de diplomático y hombre de Estado, Narciso Garay Díaz inició estudios de violín y órgano en el Instituto Musical de Cartagena de Indias. De 1887 a 1890 recibió lecciones privadas de violín con Arturo Kohpcke, entonces cónsul del Imperio Alemán en Panamá. De 1891 a 1896 siguió en Bogotá clases particulares de Armonía, Filosofía y Derecho. En 1896, en reconocimiento a su talento, el gobierno de Colombia1 le otorgó una beca con la que partió a Europa y tras una corta estadía en París, donde continuó estudios de violín con el distinguido maestro Martín Marsik, pasó al Real Conservatorio de Bruselas, de donde obtuvo el Primer Premio de Armonía en 1898 y el Primer Premio de Contrapunto y Fuga al año siguiente. En 1900 Garay retornó a París para hacer estudios de composición con el maestro francés Vincent D´Indy en la Schola Cantorum y luego a Londres donde decidió dedicarse por entero a la composición. Regresó a París en 1902 para ingresar en las clases que el célebre maestro y compositor Gabriel Fauré dictaba en el Conservatorio de la capital francesa y en 1904 retornó definitivamente a Panamá donde fue nombrado Director de la recién creada Escuela Nacional de Música - instituida, mediante la primera ley orgánica de instrucción pública, dictada en marzo de 1904 – y que, partir de 1911, pasó a llamarse Conservatorio Nacional de Música y Declamación.
La obra musical de Garay comprende las siguientes composiciones Fuga triple para cuarteto de cuerdas (1900), Sonata para violín y piano (1901); Suite Antigua para piano (1901), Cuatro Canciones con poemas de Laconte de L'Isle y Charles Boudelaire (1901), Fantasía Sonata para piano (1903) y Marcha Triunfal (1908), entre otras. Su obra de investigación folclórica más significativa Tradiciones y Cantares de Panamá se publicó en Bruselas en 1930 y constituye un clásico nacional. Otros de sus escritos son El Folclore hispanoamericano, El Arte y la Escuela, El sentido de la Nacionalidad en el Arte, El Arte en Panamá, El Aria y la Sonata, Reminiscencias de un folklorista, y El Estado y la Música en las Américas, amén de un sin número de ensayos sobre historia, literatura y política internacional.
La institución musical más antigua que se conoce dentro del territorio nacional es la Banda de Música del Estado Soberano de Panamá, creada en 1867 cuando todavía Panamá era parte integral del Estado colombiano. Al margen de que es muy poco lo que se sabe sobre la actividad musical en el Istmo anterior a la gesta separatista, hubo alguna labor precursora por parte de personalidades aisladas como Jean Marie Victor Dubarry, de origen francés, del cubano Lino Boza y de su hijo Pablo y de su sobrino Máximo Herculano Arrates Boza (1859-1936) quienes juntos con José Manuel Rodríguez y otros, constituyen los primeros compositores de pasillos, valses, mazurcas, polcas, habaneras, pasodobles, galopes, danzas en general e himnos escolares del país.
Primera Escuela de Música y el Teatro Nacional
Tal como quedó dicho, el 23 de marzo de 1904, a escasos meses de haberse creado la República, la Convención Nacional Constituyente facultó al Poder Ejecutivo para crear una Escuela de Música que debía funcionar como parte de un Instituto de Bellas Artes, cuya dirección se puso en manos de Narciso Garay Díaz. En ese mismo mes se dispuso también la construcción del Teatro Nacional, diseñado por el arquitecto italiano Genaro N. Ruggiero y construido por el Ingeniero panameño Florencio Harmodio Arosemena. Las obras concluyeron en marzo de 1908, conjuntamente con el telón de boca y el plafond realizados por el renombrado pintor nacional Roberto Lewis, egresado de la Escuela de Bellas Artes de París. El Teatro se inauguró artísticamente5 el 22 de octubre de 1908 con la ópera Aída, de Verdi, producida por la Compañía Italiana de Mario Lambardi, contratada por el Gobierno Nacional para el histórico evento.
Procedente de Guatemala, donde había hecho escala, la Compañía Lambardi contaba con un elenco de ochenta y tres personas, entre primeras y segundas figuras, coro, bailarinas y músicos. La breve temporada de ópera que siguió a la inauguración del Teatro y que puso en escena doce representaciones líricas de Carmen, Lucía de Lammermoor, Mignon, El Trovador, Rigoletto, Cavallería Rusticana, Pagliacci, Fausto, La Bohemia, Ernani y Baile de Máscaras, se extendió exitosamente hasta el 25 de noviembre. La representación de Aída, en la inauguración, fue precedida por el estreno de una Marcha Patriótica de Narciso Garay, escrita expresamente para la ocasión.
El violinista panameño Alfredo de Saint Malo
Entre los alumnos distinguidos del primer Conservatorio que alcanzaron éxitos sobresalió, por sus dotes excepcionales y dedicación, el violinista Alfredo de Saint Malo Orillac (1898-1984) quien después de iniciar estudios de violín con su padre e ingresar en 1907 en las clases de Narciso Garay, viajó a Francia en 1916 con beca que le otorgara el Gobierno del Dr. Belisario Porras. Después de tres años de intensos estudios obtiene el Primer Premio de violín y la Medalla de Oro del Conservatorio de París, uno de los galardones musicales más prestigiosos del momento. Fueron sus maestros Eduardo Nadau, Jean Gallon, Lucien Capet y el conocido George Enesco en París, así como Oscar Morini en Viena. Saint Malo inició su carrera de concertista en la sala del Conservatorio en un concierto con orquesta dirigido por Diran Alexanian y un recital acompañado al piano por el maestro y célebre compositor Gabriel Fauré.
Una exitosa carrera llevó a éste virtuoso panameño a sobresalientes salas de conciertos de Europa y América y mereció particular mención su actuación en la Symphony Hall de Boston donde ejecutó, en compañía del compositor francés Maurice Ravel, su Sonata en sol para violín y piano. En 1929 el pueblo panameño le rindió - con merecida admiración -, un homenaje en el Teatro Nacional, ocasión cuando se le otorga una corona de laureles, adquirida por suscripción popular y se le declara "gloria nacional";. Ese mismo año, el virtuoso panameño grabó El Vuelo del Moscardón de Rimsky Korsakov y el Capricho en la menor de Wieniawski para la firma Victor con Andres Kostelanetz al piano. Más adelante, en 1941, esta vez con el musicólogo Nicolás Slonimsky al piano, Saint Malo grabó obras de compositores latinoamericanos para el sello Columbia. En 1955 se trasladó a Estados Unidos contratado como profesor de violín del Departamento de Música de la Universidad de Texas, en Austin, donde murió 29 años después, a la venerable edad de 86 años. Con la muerte de Alfredo de Saint Malo desapareció el mayor violinista panameño y uno de los más prestigiosos de Iberoamérica, quien con su arte y profesionalismo llevó el nombre del país a los salones musicales más significativos de América y Europa.
Segundo Conservatorio de Música y Declamación, Restauración del Teatro Nacional y creación de la Orquesta Sinfónica
En el año 1941, durante la Administración del Presidente Arnulfo Arias Madrid, se crea el nuevo Conservatorio de Música y Declamación, según de los parámetros establecidos en el primero, desaparecido a finales de la segunda década del siglo. Éste queda bajo la dirección del violinista Alfredo de Saint Malo, otrora discípulo preferido de Narciso Garay y reconocido como virtuoso de prestigio internacional. La labor de Saint Malo fue rauda y a escasos meses de haber abierto sus puertas, el Conservatorio reanudó las veladas públicas de los alumnos19, colmando la capacidad de las localidades del Teatro Nacional que había sido recuperado por el Estado y que, mediante una partida presupuestal especial, había sido restaurado por el prestigioso arquitecto nacional Guillermo De Roux. El segundo Conservatorio creó, en 1943, su propio órgano de divulgación a través de la revista Armonía que daba cuenta de las actividades musicales en el país y en el extranjero.
Durante la misma administración del Dr. Arias Madrid, se organizó la primera Orquesta Sinfónica Nacional, mediante el Decreto Ejecutivo N° 65 del 27 de mayo de 1941 y se nombro a Herbert de Castro director de la misma. De Castro con cuarenta y seis ejecutantes llevó la batuta en el concierto inaugural el 18 de agosto de ese mismo año, en el Teatro Nacional, con la asistencia del Presidente de la República y su Gabinete en pleno. Actuó como solista en ese concierto el tenor y prestigioso pintor y caricaturista panameño Eudoro Silvera.
Durante la Segunda Guerra Mundial, algunos miembros de las fuerzas armadas estadounidenses, excelentes instrumentistas, acantonados en la entonces "Zona del Canal";, colaboraron voluntaria y desinteresadamente con la Orquesta Sinfónica Nacional, enriqueciendo particularmente la sección de vientos. En ese período el compositor William Grant Still (1895-1978), estacionado también en una de las bases militares del Canal, dio, con la Orquesta Nacional, la primera audición mundial de su Obertura Festiva. En 1948, el compositor afronorteamericano, discípulo de Edgar Varese, escribió sus Danzas de Panamá, en recuerdo de su breve tránsito por el Istmo.
La creación de un Conservatorio Nacional de Música, como la de la Orquesta Sinfónica Nacional, trajo como consecuencia un incremento significativo en la actividad de conciertos, gracias a que Alfredo de Saint Malo, en su calidad de Director de la nueva Institución, contrató como profesores del plantel a varios artistas extranjeros así como a una substancial nómina de artistas nacionales. A finales de mayo de 1945 la matrícula del Conservatorio Nacional llegaba a los setecientos alumnos, con treinta y un profesores de planta.
El Instituto Nacional de Música
En 1953 el Gobierno Nacional, en aras de un cambio conceptual del plan de estudios del Conservatorio, oficializado mediante el Decreto Ley N° 32 del 9 de julio de ese año, aprobado por la Comisión Legislativa permanente de la Asamblea Nacional y reglamentado por el Decreto Ejecutivo N° 662 del 1 de agosto de 1953, decidió cambiar el nombre de las dos instituciones musicales oficiales más importantes de ese entonces. Así, el Conservatorio Nacional de Música y Declamación pasa a llamarse Instituto Nacional de Música y la Orquesta Sinfónica se bautiza con el nombre de Orquesta Nacional, quedando insubsistente todo el personal administrativo y docente, tanto del Conservatorio como de la Orquesta Sinfónica. Ambas instituciones, aunque con diferentes nombres, reaparecen 24 horas después con respectivos directores nuevos y algunas importantes modificaciones de carácter interno. Surge entonces Roque Cordero como Director Ejecutivo del Instituto Nacional de Música junto con Jorge Luis McKay como Director Administrativo y Gonzalo Brenes como Director Asesor. A su vez Herbert de Castro fue ratificado como titular de la Orquesta Nacional. Alfredo de Saint Malo, a su vez, decidió aceptar la oferta que le hiciera la Universidad de Texas, en Austin, como profesor de violín y se trasladó a EE.UU., como titular de ese instrumento.
La Asociación Nacional de Conciertos
En 1962, Nelly y Jaime Ingram crean la Asociación Nacional de Conciertos, único organismo en Panamá que hace cuarenta años se dedica a la presentación de temporadas anuales de música con prestigiosos artistas nacionales y extranjeros. La Asociación es una empresa sin ánimo de lucro, regentada por una Junta Directiva, un Presidente y un Director Artístico. La Asociación de Conciertos patrocina así mismo un Campamento Musical en El Valle de Antón, frecuentado por un número plural de jóvenes que recibe instrucción instrumental de diferentes maestros extranjeros contratados especialmente para el evento.
Discípulo de Tito Medina y Francisco Castillo, el guitarrista Jorge Bennett (1968) continuó estudios en la North Carolina School of Arts donde obtuvo la licenciatura en Música con énfasis en composición. Entre sus obras aparecen: Dolor y dulzura para piano, Cuatro suites líricas, Cuarteto para saxofones, La Máscara sensual de ella para clarinete y piano, Quinteto para viento y violonchelo, Tres cuadros para Ivonne, para cuatro flautas y seis cuerdas, Cuarteto para cuatro guitarras, etc. Para orquesta escribió: En el Río, Suite Lírica, Momentos Espirituales, Fantasía para oboe y orquesta, Serenata para orquesta de cuerdas, y Reflexiones.
Instituto Nacional de Cultura y Deporte (INCUDE)
En 1970 el gobierno, creó el Instituto Nacional de Cultura y Deporte (INCUDE) que quedó bajo la Dirección General del Lic. Rigoberto Paredes. Las instituciones artísticas del Ministerio de Educación pasaron a formar parte de la Dirección de Cultura del nuevo ente estatal.
Dos años más tarde, se inauguró la Escuela de Música de la Universidad de Panamá, adscrita a la Facultad de Filosofía, Letras y Educación, actualmente Facultad de Humanidades y se escogió como Director de la misma a Eduardo Charpentier de Castro.
Creación del Instituto Nacional de Cultura (INAC)
En 1974 se dividió el Instituto Nacional de Cultura y Deporte (INCUDE) en dos instituciones autónomas e independientes, creando así y mediante el Decreto N° 63 del 6 de junio el Instituto Nacional de Cultura (INAC) que presidió, en calidad de Director General, el pianista, profesor Jaime Ingram, bajo cuya responsabilidad quedaron todas las instituciones oficiales de educación artística especializada, tales como la Escuela Nacional de Danzas, la Escuela Nacional de Artes Plásticas, el Conservatorio Nacional de Música y Declamación así como la Orquesta Sinfónica Nacional, el Teatro Nacional, el Concurso Literario Ricardo Miró, los Museos Nacionales, la Academia Panameña de la Lengua, la Impresora de la Nación y la Dirección del Patrimonio Histórico.
Tras un agresivo plan de desarrollo artístico, a nivel nacional, el INAC, en lo pertinente a la música, reestructuró la Orquesta Sinfónica Nacional bajo la dirección, entonces, de Eduardo Charpentier de Castro; mejoró los salarios de los músicos y contrató nuevos instrumentistas del exterior hasta alcanzar una plantilla de sesenta y cinco músicos, única hasta ese momento en la historia de la Orquesta; invitó a directores extranjeros para diversas presentaciones públicas; abrió a Concurso Público la subdirección de la misma con un jurado internacional entre los que estuvo el compositor y director de orquesta guatemalteco Jorge Sarmientos; instituyó los conciertos y recitales didácticos en el Teatro Nacional con la participación de solistas nacionales y extranjeros, además de la Orquesta Sinfónica, a los que se llevaron a más de diez mil estudiantes por temporada; organizó las temporadas de conciertos y recitales que se extendieron durante ocho meses del año, además de la temporada de Verano, a nivel nacional; instituyó los talleres de creación musical para los que se contrataron diversos maestros y compositores del exterior; puso en vigencia el Plan Juvenil de la Orquesta Nacional; integró el Gran conjunto folklórico del INAC con la participación de artistas escogidos entre todas las regiones del País, etc; restauró totalmente el Teatro Nacional, venido muy a menos por falta de un mantenimiento adecuado, recobrando así su original esplendor y elegancia con mejoras sustanciales entre las que cabe mencionar - además del nuevo sillerío, las lámparas de cristal, el bar inglés en el vestíbulo de la entrada, la nueva distribución de las butacas del anfiteatro, el sistema de aire acondicionado central, los nuevos camerinos, el novísimo sistema de iluminación y sonido -, un excelente equipo de grabación, además de la adquisición de dos pianos Steinway de gran cola de concierto importados de Hamburgo, Alemania. El Teatro se reinauguró con una serie de 32 espléndidos espectáculos con artistas nacionales e internacionales contratados especialmente para la ocasión.
Los Directores Generales del Instituto Nacional de Cultura (INAC) han sido hasta hoy: Jaime Ingram J. (fundador de la Institución y su primer Director General), Arístides Martínez Ortega, Dr. Diógenes Cedeño Censi, Lic. Julia Regales, Dr.Alberto Osorio, Ricaurte Martínez, José Franco, Carlos Delgado, Rafael Ruiloba y Pablo Barrios quien lo preside actualmente.
Facultad de Bellas Artes de la Universidad y la Fundación bel canto
Durante la Dirección de Néstor Castillo Restrepo tuvo lugar la creación de la Facultad de Bellas Artes (1993) de la Universidad Nacional, a la que quedó adscrita el Departamento de Música, con su Escuela y todo el personal docente que durante varios años funcionó bajo la égida de la Facultad de Humanidades, hasta el nombramiento del Decano de la nueva Facultad.
Hasta aquí una relación muy sucinta de los hechos musicales más significativos de Panamá, en lo que va de República. No se ha incluido en este escrito la música popular, ni el jazz, ni la música de baile en general, ni la llamada música típica, tan significativas también como géneros en el planteamiento de la identidad nacional. Sus protagonistas, compositores unos, excelentes ejecutantes, cantantes y directores otros, algunos inclusive con sólido prestigio internacional, constituyen baluartes importantes y hasta emblemáticos ya algunos de ellos, exigen, cada cual en su género, un estudio especializado como prolijo.
Panamá, mayo de 2003.